Ayer, con cierta nostalgia, me pasé la tarde evocando aquellas épocas en que los vendedores ambulantes recorrían los barrios. Recordé la armónica del afilador y al heladero gritando: “¡Palito, bombón, heladooo!”; también al escobero y al atrayente botellero que, con su megáfono y de modo particular, vociferaba: “Compro botellas, cocina vieja, fieeeerrooos...”
Llegué a la conclusión de que el propósito de ellos se llevaba a cabo siempre y cuando el cliente quisiera, en una relación que no excedía la delgada línea del respeto. No preguntaban los datos del vecino, jamás se entrometían en cuestiones privadas, y ofrecían su servicio sólo a aquél que salía a la puerta de su casa para llamarlo.
Con la modernidad, todo cambió. Ahora, en este mundo segmentado en nichos de mercado, la onda es penetrar en las casas mediante un llamado telefónico -casi siempre inoportuno, totalmente invasivo, y forzando una amabilidad empalagosa- con el fin de ofrecer algo a través de un marketing directo.
Estamos padeciendo el auge de una actividad denominada “telemercadotecnia”, algo parecido a esos viejos vendedores ambulantes aunque, en marcada diferencia, la venta la resuelven tras una lucha encarnizada con alguien que no ven y en donde el límite pareciera ser la vida de ellos o la nuestra.
Amparados en una simpatía ficticia y perseverante, nos saludan, nos ofrecen su nombre de pila, nos preguntan el nuestro, y creen así dar comienzo a una bella relación de amistad instantánea. Ridículo. La función del telemarketer es taxativa: vender COMO SEA lo que nos está proponiendo. El sistema está organizado de tal forma que en caso de que la víctima quiera escapar, el entrenado tendrá una rauda respuesta para volver a ponerlo en cancha y seguir con el acoso. Ejemplo:
TMK: Hola, buenas tardes... ¿Usted es el dueño de casa?
VICTIMA: ¡Sí!
TMK: Encantado, mi nombre es Gonzalo Garcone… ¿Con quién tengo el enorme placer de hablar...?
VICTIMA: Rogelio Roldán
TMK: ¡Pero muy buenos días, Rogelio, le hablo de la empresa Achis Salud! ¿Tiene usted cobertura médica?
VICTIMA: Sí, una excelente…
TMK: No dudo que le parezca excelente, Rogelio, pero le voy a ofrecer algo superior... (Y agrega) supongamos que en este momento usted sufriera un broncoespasmo...
En ese instante da comienzo un largo gambeteo de la víctima y una defensa encarnizada del telemarketer para tratar de encontrar una pequeña fisura por donde poder entrarle al potencial cliente y, finalmente, terminar enchufándole lo que le quiere vender.
Lamento decirles que son pocas las formas de persuadir al representante para que la conversación finalice bien rápido. Cualquier cosa que diga será retrucada en ese punto y el individuo -como en la película "La fiesta inolvidable" con Peter Sellers- se levantará una y otra vez, aún en agonía, para seguir tocando su trompeta.
Ejemplo:
VICTIMA: Disculpe estoy ocupado…
TMK: Sólo nos llevará un minuto más...
VICTIMA: No tengo un minuto más…
TMK: ¿Cuándo lo puedo llamar para hablar más tranquilos...?
VICTIMA: ¡Nunca!
TMK: Entonces déjeme que le cuente ahora las ventajas de...
VICTIMA: No puedo, acaba de llegar mi mujer…
TMK: Justamente le quería contar que a los casados les regalamos una bonita cartera al abonar la primera cuota…
VICTIMA: Tengo que cortar...
TMK: Usted no se va...
VICTIMA: Si no corto ahora mismo se me quema la comida…
TMK: Nuestro plan le ofrece un 20% de descuento en "Cantina Le guisamos"... Justo frente al hipódromo
VICTIMA: ¡No entiende, se me quema la comida en serio...!
TMK: Le comento que si utiliza el débito automático con tarjeta de crédito tiene bonificado un seguro contra incendios por 3 meses...
VICTIMA: Por qué no te vas al carajo…
TMK: Amigo Rogelio, gracias por recordármelo, a fin de año sorteamos un pasaje entre nuestros afiliados al lugar que prefiera...
Sin duda, el asedio de Julio César sobre las tribus galas fue livianito comparado con el de estos personajes para con nosotros. Un compañero de radio, Pepe Terminiello, utiliza una excusa contundente para frenar el avance tedioso -y a veces inescrupuloso- de un telemarketer, y que me parece les puede dar un valioso resultado si desean usarla:
"Disculpe pero hoy no estoy en condiciones anímicas de sostener esta conversación, buenas tardes". Creo que otra buena podría ser :"Te acepto el servicio si vos me compras diez productos de Avon"
Me gustaría conocer sus experiencias y varios pretextos más que se les ocurran para lograr desembarazarnos velozmente de algunos de estos -no todos- densos sujetos... pero, por favor, sin puteadas. .
Gracias Gillespi de Almacen
Resumen de Plan B
Cargando ultimas entradas...

Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)








1 Comment:
A casa llaman mucho de Emergencias médicas, son realmente insoportables. Estas son algunas de mis respuestas:
No, gracias señorita.
No estoy interesada.
NO ME INTERESA.
NO ME LLAMES MAS!!
BORRAME DE TU LISTA. ANOTA BIEN MI NOMBRE Y NUMERO DE TELEFONO!!
Esa última respuesta fue efectiva porque llamaron más.
Otro rubro que no mencionaste (por ser hombre supongo) son las promotoras. Una vez, una señorita se acerca a Federico y le dice muy sensual: Quiere probar una manzana? y yo le contesto: No comemos manzanas.
Post a Comment